La alta gerencia debe enfocarse en fijar estrategias a largo plazo que transformen esta incertidumbre en oportunidad y así tomar las riendas de la empresa para controlar e incluso mejorar la situación, anticipándose al futuro, orientando y optimizando sus recursos en los productos que generan rentabilidad, fortalezcan sus operaciones y así hacerse visible, ofrecer seguridad, transmitir estabilidad y generar valor para los clientes.